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Diario de una Mujer Moderna



Single-voiced Comedy Serial Audio Book


Synopsis:

Un diario de ficción sobre aventuras, auto-reflexión, vida cotidiana, romance y mucho humor. Las aventuras de una mujer moderna que navega el caos de la vida amorosa, los desastres diarios y las amistades con humor y una copa de champán en la mano. Si disfrutas de historias como el Diario de Bridget Jones, este audiolibro lleno de situaciones cómicas y momentos de reflexión será tu nuevo favorito. ¡Suscríbete para más contenido hilarante! www.tamaratossi.com Diario de una Mujer moderna: Aventuras, desastres, champán y galletas. / Audiolibro Auto-reflexión, vida cotidiana, romance y mucho humor.

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Format: Audio Book

Continuity: Serial

Voices: Single

Genres: Comedy, Slice of life

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Episodes:

#9 D. y el cumpleaños eterno

Sat, 19 Oct 2024 07:00:00 GMT

He pasado la mañana trabajando en la cama y por la tarde, muerta de calor y de cansancio por la falta de horas de sueño (llevo tres días con insomnio) me he comido un merveilleux mientras escuchaba Adiós a las armas. A D. le he llevado una ganache. Es decir, una especie de pan de leche de origen francés que se rellena con crema de chocolate. Resulta increíble que todavía existan sitios en los que, en el momento, te rellenan un pan de leche con crema de chocolate. Estoy segura de que mucha gente, al ver los panes de leche en el escaparate piensa que se venden tal cual, cerrados y secos. Sin duda estamos ante una mala estrategia de marketing. Lo que me hace pensar que todas las empresas, al igual que cada una de las personas, tiene sus propios problemas. Nadie sale adelante con facilidad. Todos estamos, cada día, al borde del precipicio. En un equilibrio tan precario que vamos por la vida cerrados y secos a la espera de que alguien quiera rellenarnos con crema de chocolate.

Los resultados de los análisis de D. ya han salido. Tiene los eosinófilos altos.

Por cierto, la ganache es el relleno de chocolate, el bollo no sé como se llama, por eso, a partir de ahora, lo llamaré pan de leche.

Hemos decidido que el cumpleaños de D. durará hasta Navidad.

Tamara Tossi ©



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#8 Cumpleaños de D.

Sat, 12 Oct 2024 07:00:00 GMT

Café Americano 3,50€

Dos pain au chocolat 7 €

Agua con gas 5€

Sándwich club 24€

Hamburguesa 28€

3x2 de galletas Walker’s 9,50 €

Hoy es el cumpleaños de D. y por primera vez en varios años, me he acordado de comprar velas y un tres por dos de galletas Walker’s para preparar una tarta con ellas. Por suerte son blanditas y las velas se han quedado tiesas como pelos de perro. Para desayunar he pedido un delivery de tostas de aguacate y bolas de proteínas. Una de chía y otra de cacao que a D. no le ha gustado porque dice que llevaba cabello de ángel. Después nos hemos duchado y arreglado para ir a tomar un segundo café al hotel Pierre. Es una pena que la plaza que hay enfrente esté en obras. El hotel era muy bonito. Incluso con dos influencers haciendo fotos a sus martinis con un gran angular. El pain au chocolat era de los mejores que he tomado. Tenía todas las capas que debía tener y el poco chocolate que se espera. Una vez, cuando me dio por hacer pastelería francesa, busqué en internet donde comprar el chocolate para los pain au chocolat y me enteré de que los vendían en Amazon. En unas onzas alargadas. Fue una decepción. Las onzas de chocolate me resultaron demasiado premeditadas, supongo que como todo en la repostería francesa o en la repostería en general.

Para comer, nos hemos trasladado al hotel Camus. Hemos compartido un sándwich club y una hamburguesa con dos vasos de agua del grifo. Las patatas sabían a aceite usado. Para cenar, acabo de preparar una ensalada de brotes, pepino, zanahoria y nueces. En el paseo, Olivia se ha portado mejor que ningún día. Vivian se ha olvidado de felicitar a D. pero no se lo tendré en cuenta, acordarse de las fechas de cumpleaños, cuando eres mayor de cinco años, está sobrevalorado.

Kamala Harris ha dicho a Oprah, cuando ésta le ha preguntado por qué no la habíamos visto brillar antes, que hay veces en la vida en las que uno tiene que saber que es el momento de irse. ¡Ay, Vivian, si fueses tan inteligente en todos los ámbitos de tu vida!

Tamara Tossi ©



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#7 Las teorías de Vivian

Sat, 05 Oct 2024 07:00:00 GMT

8:35

Cuando me he despertado tenía un montón de periódicos en la puerta. Algunos tenían Post-it marcando las páginas que Vivian quería que leyera. Por lo que podido deducir, a juzgar por las páginas que tenían un Post-it rosa, Vivian, que estudió odontología en Estados Unidos, sigue defendiendo su teoría de que el partido demócrata tenía la salida de Joe Biden planeada desde que gano las elecciones.

¿No lo ves? ¿Por qué te crees que han tenido a Kamala Harris hablando exclusivamente del aborto? ¿Casualidad? Claro que no. No querían quemarla. Ahora, Trump no tiene nada que decir contra ella. Sencillamente, no tiene fichas con las que jugar.

He cogido los periódicos y los he dejado sobre la encimera de la cocina mientras me preparaba un café. En la primera página del que estaba colocado primero, Vivian había pegado un Post-it que decía que, para creer en su teoría, tenía que escuchar el pódcast que me acababa de enviar por Whatsapp. Miro el móvil. Es un episodio del pódcast We can do hard things con Kamala Harris emitido hace un año. Lo escucho mientras me bebo el café y ojeo los periódicos. Creo que Vivian puede tener razón, aunque también es posible que crea que los americanos son más inteligentes de lo que son en realidad. Me gustaría pensar que durante el tiempo que Vivian vivió en Estados Unidos aprendió algo más que a diferenciar una gingivitis de una periodontitis. Aunque el pasado es pasado y Vivian ahora, en lugar de usar rodillos eléctricos y tubos que lanzan agua a presión en los dientes de los pacientes, pasa su tiempo leyendo los periódicos. Menos mal que no la ha dado por abrirse una cuenta de Telegram.

Apago el pódcast, cierro el periódico que tengo abierto y me pongo a trabajar. Tengo que repasar el último capítulo de la novela. Hay algo que no me cuadra. La protagonista tiene sus razones para actuar de la manera que lo hace pero, ¿son razones suficientes? Depende de para quien, supongo.

La puerta del portal está atascada y alguien acaba de llamar al timbre.

Tengo las encías inflamadas.

Tamara Tossi ©

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#6 Masaje, crepe y bocadillo de albóndigas

Sat, 28 Sep 2024 07:00:00 GMT

¡Hacía demasiado tiempo que no me daba un masaje! Pero ahí estaba yo, con una mancha de queso en el vestido esperando a que la recepcionista dejara de mirar su móvil y me confirmara que podía ir al cuarto de baño antes de tumbarme desnuda en una camilla durante sesenta minutos. El baño ha sido decepcionante: no encontraba el interruptor, me he tenido que lavar las manos a oscuras y habían rellenado el bote de jabón Aesop con uno barato y espeso. Sin embargo, había desodorante Dove y toallas que, a oscuras, parecían limpias. Una pregunta: ¿creéis que las toallas las vuelven a coger de los cubos de mimbre, las enrollan y las dejan colocaditas en la cesta de madera para que la siguiente clienta crea que están limpias? Me cuesta creer que las laven de verdad. De media, ¿cuántas personas se lavan las manos en un centro de masajes? Incluso en uno como Milky Hands. Pequeño, escondido en una placita enfrente de un teatro. Demasiadas. No, seguro que no las lavan. No sería ecológico. Cuando el medio ambiente está en juego, rellenar un jabón con otro más barato y con más químicos y engañar a las clientas resulta ético. No hay mal que por bien no venga. Mejor engañar y ahorrarse un dinero que recalentar el planeta. Las toallas, por cierto, estaban ásperas. Tanto como las manos de la masajista que debía de haberse mordido una uña antes del masaje. Pinchaba. La mayor parte del tiempo me ha masajeado con el codo y yo lo he agradecido. Si hubiese usado una cuchara de madera, como hizo mi querido Ross Geller, me hubiese parecido bien. La hubiese respetado, incluso. Todo con tal de no volver a sentir su uña. Solo me he relajado al final, cuando me ha masajeado los brazos y las clavículas. Aunque lo mejor ha sido la cabeza. No lo puedo negar. Cuando me ha agarrado la cabeza con las dos manos ha sido como pagar por sexo. Ahora entiendo a Vivian. Durante un invierno tuvimos a dos tailandesas viviendo en el piso de encima suyo. Daban masajes en el parque de El Retiro. En verano se fueron porque tenían que dar masajes en Marbella. Vivian subía a su casa dos veces a la semana. La masajeaban a cuatro manos y después bebían juntas una infusión de jengibre con hierbas que, según Vivian, hacía que tuviese que pasarse la noche en el cuarto de baño. Las dos tailandesas tenían las manos llenas de callos pero Vivian decía que, no solo no la molestaba, sino que la gustaba la presión extra que ejercían los callos. La parte callosa presionaba en la carne más que la no callosa. Cumplía una función vital. No sé. Me hubiese gustado que mi masajista tuviese las manos suaves y que no tuviese granos.

A la salida, un hombre sin camisa hablaba solo mientras bebía de una lata de cerveza y el teatro tenía pinta de llevar cerrado mucho tiempo.

Me he ido a comer un crepe. Une crêpe, como dirían los franceses.

Mañana, D. tiene análisis.

Espero que Kamala Harris gane las elecciones.

Para cenar, he pedido un bocadillo de albóndigas.

Tamara Tossi ©



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#5 Sylvia Plath y una reacción alérgica

Sat, 21 Sep 2024 07:04:42 GMT

Mañana, mi escritorio.

Una frase de Los diarios de Sylvia Plath: «Cómo se encoge todo al volver…ya no puedes regresar a casa» Una palabra, ahogada por la falta de aire, sobresale sobre todas las demás, casa, ¿qué significa? ¿Podemos llegar a saberlo u ocurre con ella lo mismo que con las novelas? Creo que son diferentes, creo que las casas, a diferencia de las novelas, tratan de algo. Aunque solo sea de jardines y langostas vivas corriendo por el suelo de baldosas  de la cocina. Y de perros.

Noche.

Hemos estado en urgencias con Olivia. Una reacción alérgica a algo que ha comido u olfateado. También es posible que la haya picado cualquier tipo de insecto. La han pinchado Urbason y un corticoide de acción lenta. El Urbason, según han dicho, es de acción rápida. Parece una buena combinación. Siempre que los veterinarios hayan calculado la dosis correcta. Olivia pesa 26 kilos, he dicho. Olivia pesa 26 kilos, he querido repetir. ¿Me habéis escuchado? Olivia pesa 26 kilos. No lo puedo evitar. Soy una madre nerviosa que a cada momento piensa que algo puede ir mal. Los veterinarios son de carne y hueso, están cansados, sus maridos o mujeres les engañan, Hacienda les reclama el último pago de los impuestos. No sería tan raro que se equivocasen al calcular la dosis de Urbason que tienen que inyectar en las venas de mi perra. Yo siempre me equivoco al calcular la cantidad de harina necesaria para preparar los crepes. Las crêpes que dirían los franceses. En francés todo se afemina. En francés el tenedor es femenino.

Casa significa que el veterinario no se equivoque a la hora de pinchar la dosis correcta de Urbason con corticoides a tu perra.

Para cenar, una zanahoria untada con queso Philadelphia.

Tamara Tossi ©

Aquí os dejo un vídeo de Olivia en su octava siesta del día, recuperada y radiante con su legaña ;)



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#4 Guardería, café y el vestido de Vivian

Sat, 14 Sep 2024 08:00:00 GMT

Dos cafés americanos con hielo 5,40€

4 horas de guardería para Olivia 13€

¡Me olvidé los huevos en la caja! Por suerte, tengo Vivian, que ha ido a Carrefour a comprar mejillones y el cajero se los ha dado para que me los traiga. Seguro que sigue pensando en mis pezones, me dice una vocecita egocéntrica dentro de mi cabeza. La otra vocecita, la más razonable, me dice que lo más probable sea que, a estas horas, el señor ya esté pensando en las piernas de Vivian que llevaba puesto un minivestido de flores rosas con unas sandalias azul turquesa y una diadema a juego con las sandalias. No hemos hablado mucho. Las dos teníamos prisa. D. me estaba esperando para llevar a Olivia a la guardería y Vivian, había quedado con su madre para ir a elegir el féretro de su abuela.

Los mejillones son para cenar pero primero tenemos que ponernos de acuerdo sobre el féretro, mi madre quiere uno barato, ha dicho.

Estaba morena. No me extraña. Se pasa las tardes en la piscina. Ya no trabaja. Se separó de su marido y consiguió, después de acusarle de amenazarla con abandonarla si se seguía negando a tener hijos, quedarse con el apartamento. Desde que su marido se fue, no he visto a ningún hombre, si no contamos al casero, entrar en el apartamento de Vivian. Ni siquiera al revisor del gas. Es griego y Vivian tiene miedo de no poderse controlar.

Después de dejar a Olivia en la guardería, hemos comprado dos cafés en la cafetería de especialidad de la esquina. El café era de Etiopía y las tapas de los vasos de cartón más grandes que los vasos. Al sentarme en un banco, me he manchado el vestido. Enfrente nuestro había una estatua en honor a Beethoven.

¿Dónde pondrán las estatuas de los Beethoven de hoy en día? He preguntado a D.

En Ibiza, me ha contestado.

No sé si es verdad que las estatuas de los Beethoven de hoy en día estarán, en un futuro, en Ibiza, pero alrededor nuestro había varias palomas buscando comida debajo de los bancos y un montón de pájaros verdes fluorescentes, que de no ser porque carezco de todo conocimiento sobre ornitología, y me niego a bajarme una aplicación para que me diga qué tipo de pájaros estoy viendo, diría que eran jilgueros.

Por la noche, he tardado diez minutos en meter una caja de cartón en el contenedor de reciclaje.

Tamara Tossi ©

Para los que tenéis curiosidad, aquí os dejo el enlace al vídeo de Youtube del capítulo de la semana pasada ;)

¡¡¡Gracias por estar ahí!!! Seguimos en contacto en Instagram.



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#3 El aire acondicionado de Vivian

Sat, 07 Sep 2024 07:00:00 GMT

Compra:

Pan Piuma Biologico Integrale 3,85€

150 gramos de crema de queso ecológico 1,40€

Azúcar ingerido:

Una galleta y media.

Autocuidado:

10 minutos de meditación.

Pensando seriamente en desinstalar Instagram.

10.00 Mi cocina.

Ains. Tengo hambre y no hay nada para desayunar. Me pongo las sandalias de la piscina y voy a Carrefour para comprar pan, queso fresco y huevos. No me pongo sujetador. No puedo escribir si algo me comprime una parte de mi cuerpo. Mucho menos si es una parte importante. Es más, nunca nadie ha escrito nada que valga la pena con sujetador.

En el supermercado, me dirijo a la zona del queso fresco. Para llegar hasta la nevera, tengo que esquivar a una señora con una muleta y un carrito de la compra. Decido comprar un bote de yogurt griego para D. pero todos están manchados de lo que parece mermelada. Cojo el queso fresco y el pan y me dirijo a la caja. El cajero, que me conoce de sobra, ya que llevo visitando el Carrefour una media de dos veces al día, durante los cuatro años que llevo en viviendo en este apartamento, me mira disimuladamente los pezones. Es un hombre educado, de unos cincuenta años con el pelo blanco que nunca se olvida de preguntarme si tengo la tarjeta de fidelidad del supermercado. Así desde hace cuatro años. Dos veces al día, a veces, tres. Sin duda es un hombre comprometido con su trabajo. Ojalá pudiera ser como él.

Me he levantado temprano, que quede claro. A las siete ya estaba sentada en mi escritorio releyendo los capítulos de la novela que escribí ayer. He cambiado algunas palabras. Eliminado tres o cuatro adjetivos y corregido algunas faltas de ortografía pero una hora más tarde ya estaba en Instagram, viendo el vídeo de un labrador que va en un coche. Encima del perro aparecía un letrero que decía «Sí, eres la razón por la que tus padres hacen un viaje de diez horas en coche en lugar de viajar durante cuarenta y cinco minutos en avión» El perro no parecía preocupado.

Pago con tarjeta y vuelvo a casa sin los huevos. Cuando me vuelvo a sentar en mi escritorio el casero está hablando por teléfono debajo de mi ventana. Al parecer, Vivian se ha quejado de que el aire acondicionado huele a azufre.

Tamara Tossi ©

Un diario divertido sobre las aventuras de una mujer moderna que navega el caos de la vida amorosa, los desastres diarios y las amistades con humor y una copa de champán en la mano. Si disfrutas de historias como el Diario de Bridget Jones, este audiolibro lleno de situaciones cómicas y momentos de reflexión será tu nuevo favorito.

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Diario de una Mujer moderna: Aventuras, desastres, champán y galletas. / Audiolibro Auto-reflexión, humor, romance y mucha vida cotidiana.

¿Qué dicen los lectores?

¨No sabía que eras tan divertida¨ - Mi madre.



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#2 Un plan nada fantástico

Sat, 31 Aug 2024 07:01:30 GMT

9 a.m.

5 galletas Walker’s

3 minutos de meditación.

25 minutos en Instagram.

Sinceramente, no creo que nunca nadie haya estado tan casada como lo estoy yo ahora mismo. Estoy tan cansada que al respirar me duelen las costillas. Tanto que veo puntitos delante de la pantalla del ordenador.

Anoche, como no podía dormir, me puse el podcast de una exasesora política que, además de ayudar a otras mujeres a expandir sus negocios, estaba empeñada en afirmar que hoy en día decir que eres mujer es equivalente a decir que eres una marca personal. Al parecer, las mujeres no tenemos suficientes problemas con la depilación integral, el recuento de óvulos, dormir o con un ojo abierto en los festivales para que no nos violen. A las tres de la mañana, el mayor problema al que nos enfrentamos las mujeres es a saber cuál es nuestro público objetivo.

Me imaginé diciéndole unas cuantas cosas. Incluso tuve el impulso de escribirle una carta. No un e-mail, ni un mensaje directo de Instagram. Las cosas que yo le quería decir a esa mujer solo se pueden decir con elegancia por carta. Después estuve analizando el Instagram de Oprah Winfrey y tengo que decir una cosa: si alguien sabe de marca personal es Oprah. Por cierto, no conozco ningún hombre que se encargue de ayudar a los hombres a expandir sus negocios. Nota mental: mirar si no hay hombres que ayuden a otros hombres porque los hombres no necesitan ayuda o se debe a que esa mujer piensa que un negocio puesto en marcha por una mujer, necesita un tipo de ayuda más cercano a la terapia que veíamos en Sexo en Nueva York durante la hora del desayuno, que a los consejos financieros.

A las cuatro me fui al sofá. Las luces de Navidad que tengo encendidas todo el año alrededor de la ventana parpadeaban nerviosas. Me quedé dormida con un cojín debajo de la cabeza y un brazo encima de Los Diarios de Silvia Plath. A quien, por cierto, no le hubiese venido mal saber algunas cosas sobre marca personal. Se suicidó apenas un mes después de que se publicase La Campana de Cristal.

Estuve durmiendo hasta eso de las cinco, y entonces me levanté, me duché, hice un smoothie de brócoli, aguacate, espinacas, espirulina, cúrcuma, pimienta, aceite de coco y semillas de lino. Me lo bebí y en el mismo momento en el que una arcada hizo que mi estómago se moviera como un cuerpo reanimado por un electroshock, D. me llamó desde el gimnasio.

¿Quieres un café?

¿No tenías que trabajar?

Técnicamente sí, pero puedo recuperar el tiempo por la tarde.

Vale, un café pero no pienso tomar tostadas. Las tostadas sin gluten del Panorama están hechas con una harina deplorable.

Deplorable es una palabra que suelo usar cuando estoy agotada. También uso fantástico. Si no tengo fuerzas ni para levantar el cepillo de dientes, todo es fantástico.

Cuando D. llegó del gimnasio yo me había pintado los labios y tenía el bolso de la mano para salir a tomar un café. Por desgracia, en la cafetería había tanta cola que, de haber esperado, D. hubiese tenido que trabajar hasta la noche de Navidad sin descanso. Los trabajadores del Panorama tienen cara de haber desayunado un ramen y encontrarse en proceso de digerir los huevos marinados en soja. Aunque tengo que decir que, normalmente, no me importa. Sigo yendo porque me conocen y aunque muchas veces se equivocan, se lo perdono. Cuando se trata de cafeterías es mejor tener amigos que enemigos.

Volvimos a casa abrazados. Cuando estoy agotada abrazo a D. y le doy besos que suenan. Justo uno de los que le estaba dando cuando nos cruzamos con nuestro casero, que salía del apartamento de Vivian. Nos ha mirado riéndose. Supongo que por el sonido. Sí, he tenido ganas de decirle: soy yo, la que en algún momento tendrá que buscar un alquiler más barato en una urbanización sin piscina. Como diría Vivian, un plan nada fantástico.

Tamara Tossi ©



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#1 Las razones de mi insomnio

Mon, 26 Aug 2024 11:33:25 GMT

COSAS A EVITAR SI QUIERO DORMIR TODA LA NOCHE COMO UN BEBÉ.

Azúcar. Teléfonos móviles más allá de las ocho de la tarde. Luz blanca. Dostoyevski. Fotografías de exnovios. Harinas refinadas.

COSAS QUE PUEDEN FAVORECER MI SUEÑO.

Champán. Dormidina. Un buen plato de lentejas o un ramen. Pasta boloñesa. Cualquier cosa que lleve mantequilla.

Viernes. Mi cama.

No son más de las nueve pero llevo despierta desde, aproximadamente, las tres intentando no pensar en los posibles fallos que pueden surgir en los planes que tengo a partir de septiembre.

Uno de los fallos que más me preocupan y que ha hecho que me tenga que levantar al baño a las dos y a las dos y media, es que, en caso de mudarnos, y teniendo en cuenta el precio de los alquileres nos tendremos que mudar en algún momento, nuestra urbanización nueva no tenga jardín o si lo tiene, este sea demasiado pequeño o, lo que sería peor, que el jardín sea grande pero las ventanas de nuestro apartamento no tengan rejas. No debería haber pasado la tarde de ayer viendo reportajes sobre bandas de adolescentes que roban en las casas a plena luz del día, mientras las familias están en sus piscinas, chapoteando encima de sus colchonetas en forma de langosta. Otro de los posibles fallos es que, al enviar mi último manuscrito a la editorial, la madre de todas las editoriales, la única en la que me hace verdadera ilusión publicar, aquella por la que sería capaz de vivir en un apartamento sin rejas dentro de una urbanización con un jardín pequeño, aún a riesgo de que un adolescente me abra la cabeza con un abrelatas, no sepa transmitirles de qué trata la novela.

¿De qué trata una novela? Una cuestión difícil de responder. Las novelas no tratan de nada, querría decir. Las novelas no son más que palabras puestas de manera armoniosa. Las novelas no son más que los recipientes que contienen esas palabras que forman el todo para que podamos decir que hemos escrito una novela. No creo que ninguno de estos argumentos, por muy sugerentes que me parezcan ahora mismo, convenzan a ningún editor para que publique mi manuscrito. Una de las razones de mi insomnio pero no la única. Ya que antes de acostarme me comí media caja de galletas Walker’s. Sí, la madre de todas las galletas. Pero, ¡qué gran error! ¡No sé en qué estaba pensando! Supongo que pensé que la regla del azúcar no se aplica cuando unas galletas llevan más porcentaje de mantequilla que de azúcar. La mantequilla calma a los bebés y a las mujeres ansiosas.

Lo que me preocupa de verdad es que mi nueva urbanización, además de tener un jardín pequeño, no tenga piscina. Y pensando en la piscina, tengo que reconocer que también echaría de menos a Vivian. Sé que muchas veces, cuando voy a la piscina, si veo que está sentada en los escalones, con los pies dentro del agua y los codos clavados en la piedra del borde mientras habla por el manos libres con su madre, me doy media vuelta sin que me vea pero el verano en la ciudad, cuando te dedicas a escribir, puede ser muy largo, las oficinas de las editoriales están vacías y temo encontrarme sola y encerrada en casa con un montón de cajas de galletas Walker’s. No sabría gestionarlo. Me las comería y caería en un coma diabético que sería como un viaje astral alrededor de la luna dorada a bordo de una colchoneta en forma de langosta. Quizá este pueda ser el argumento de mi novela. Olivia me está mirando desde el suelo, creo que quiere una galleta.

Tamara Tossi ©



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